domingo, 30 de junio de 2013

RINCONES: EXPERTOS EN RUTAS TURÍSTICAS (BOQUILLA) -29/04/05



“ESTE FUE MI INICIO COMO BLOGUERO, NO ERA TEMÁTICO, SINO DIVERSO, BLOGIA, EL ADMINISTRADOR A EVOLUCIONADO POCO Y PRETENDO ENCONTRAR EN BLOGSPOT UNA MEJOR UBICACIÓN, IRÉ PASANDO ARTÍCULOS AL NUEVO SIEMPRE QUE TENGAN ALGUNA VIGENCIA, YA QUE ALGUNOS SON ACTUALIDAD PUNTUAS Y, POR TANTO, CADUCAN”

 
 
 
 
 

Desde mi ‘rincón’, (de aquí en adelante se considerará en el bar, aunque pudiera ser cualquier otro punto, siempre algo solitario) sigo, sin demasiado esfuerzo, a pesar de mi condicionado sistema auditivo por el lado izquierdo, pero bien es verdad, que mi posición, casualmente, no elegida, deja mi pabellón derecho como receptor, aunque, como ya he explicado, en otras ocasiones, el tono de los tertulianos es de elevados decibelios, pues bien, en ese griterío, el tema de hoy era la ‘geografía sui generis’. Me explico, no se trata de un foro cultural, sino dar fe de los recorridos veraniegos de cada cual, sus excelencias y, en algún momento, estas, ¡claro está! las menos, sus vicisitudes. Las excelencias consisten en demostrar la buena ruta elegida, lo habían programado previamente, los inéditos, para ellos, paisajes, las bondades e ignotas oportunidades gastronómicas, (las más de las veces bazofia a elevado precio, pero esto se silencia para no caer en ser un pardillo), esa calita solitaria (solo en la imaginación), en la que no practicaron el nudismo por no tener esa costumbre. Citan de memoria, nombres de pueblos, aldeas, riachuelos, restaurantes, chiringuitos, platos típicos, etc. Vamos si tomaras notas taquigráficas o los grabaras, tendrías un completo documental digno de una TV seria y educativa.

 



 

 

De todo lo oído hay que hacer un gran descuento porque son pocos los que confiesan las tribulaciones pasadas en esas aventuras. Admitir fracasos no está en el espíritu habitual del ser humano.
El ‘sincero’, especie en extinción, es un fracasado, un tonto, un necio.

El ‘listo’ ¡Hombre, ¿cómo no me consultaste?! Yo te habría situado. Ahora no tendrías esa pesadumbre! La próxima vez...! Parece mentira....!.

El sincero se hunde ante esa despiadada incomprensión y se promete que la próxima vez... Pedirá consejo a sus avezados y consumados ‘amigos exploradores’
“Más vale lo malo conocido”

viernes, 28 de junio de 2013

COTILLEOS DE BARRIO (II) – 28/06/2013


 
 
 
 
 
… Pues continuando con el asunto curioso pero muy dado, el cotilleo no tiene barreras, es un campo ilimitado, infinito. Pongo un ejemplo, siendo yo algo el protagonista del cotilleo y voyeurismo, vivo en una calle que tiene unos 15 metros de ancha, lógicamente, enfrente hay casas de 6 pisos como la mía, esas casas tienen ventanas, la mía tiene ventanas y terraza. Normalmente y cuando el tiempo lo permite, te asomas de vez en cuando a la terraza, yo que no salgo mucho a la calle por las limitaciones que comenté en el primer episodio, como paso muchas horas en el ordenador, aparte de que me guste, lo aplico para múltiples aficiones, pues siguiendo consejo de que cada hora más o menos es conveniente dejar pantalla y estirarte un poco, salgo a esa terraza. Si es a primera hora, te encuentras con vecinas que están limpiando y sacudiendo alfombras u otras cosas. Éstas también echan un vistazo a la calle y, curiosamente, con algun@s nos saludamos en la calle pero ignoro porqué no damos, aunque sea de mano como saludo, no es cuestión tampoco de intercambiar diálogos a esa distancia.
Bien pues llegado el verano, los límites a los que tiene mejor acceso de visión desde mi almena, se hallan, más o menos, abiertos y hay ocasiones en que la ropa de casa es más escueta por los calores y volviendo a ese voyeurismo, pero es que te lo encuentras de frente, ves algo más de la cuenta.
Hubo una época anterior, calentita. En dos casas, sobre todo en una se veían cuerpos desnudos e incluso actuaciones de pareja sin recato alguno, con luces encendidas en la noche y ventanas de par en par.
En fin, terminas mirando, no como obsesión pero si curioseas más de la cuenta (cotilleas). Yo nunca hice comentario alguno de estas visiones reales pero he conocido personas que han dado pelos y señales de sus ventanas indiscretas.
No se trata de decir de que cada uno en su casa puede hacer lo que quiera pero tan poco nadie te podría recriminar de que fueras observador cuando lo que hay es, exhibicionismo manifiesto y no voy más allá porque no quiero derivar en centrarme en tales escenas, por otro lado, no se dan habitualmente.
Pero desde la observación de la atalaya, ves entrar y salir a los trabajos, a las compras, conoces el tipo de coche que tienen, sabes si se van o no, fines de semana. No se trata de que te guste tener esos conocimientos es que, al igual que en la tele oyes cosas que no quisieras, no por ello tienes que dejar de ver la caja tonta.
No soporto los cotilleos de los programas rosa, claro ahí median intereses de dar pelos y señales de sus vidas por una determinada cantidad de dinero.
 
 
 
 
El cotilleo de barrio es gratuito.
 
 
 
 
Luego están los encuentros de vecindario en la calle, las paradas, no es mi casa, a veces son prolongadas. Hay quienes parece que te hacen una entrevista para conocer a fondo tú vida, si cuentas males, eres el objetivo de la lástima que tienen de que te encuentres mal y te desean lo mejor y no faltan las ofertas de ‘cuenta conmigo para lo que quieras’, es mejor que no tengas necesidad porque sino, como vulgarmente se diría, ‘vas dao’, siempre surgirán excusas que anulen las ofertas hechas.
Si hablas de que todo va bien y que has ido… o te has comprado… o te ha tocado premio d…., una alegría simulada se manifestará en el interlocutor pero ‘ese cruce simbólico de dedos’ añadido a esa amarillenta envidia, pecado capital principal del español como ya dijera en su libro ‘El español y los siete pecados capitales’ el conocido escritor Fernando Díaz Plaza. Ese carcomido que has creado en tú oyente a la vez que se entera te está deseando ‘que sea para mal’.
Esta es una continuación de las apreciaciones que se pueden ir haciendo sobre los cotilleos populares, la historia veo que me va dando de sí para proseguir sobre ello.
(Continuará…)
 
 
 
 
 
 

jueves, 27 de junio de 2013

COTILLEOS DE BARRIO (I) – 27/06/2013

 
 
 
 
 
Este tema, como casi todos en los que entro, da mucho de sí y el problema es que tengo poca capacidad de síntesis. Expliqué un día que siempre que he realizado algún escrito de cualquier manera, incluso una serie de correspondencia que mantuve con mi padrino que residió en Perú, él, era también muy extenso, cada carta que nos intercambiábamos contenía, en papel cebolla, por aquello del peso, y del franqueo en avión, unos 6 u 8 folios. Los inicios, eran, primero, ponernos al día en nuestras vidas familiares pero luego, él, con una amplia cultura, más que por unos estudios realizados en España en la década de los 40 y por los que consiguió una maestría Industrial, siendo contratado por Telefónica pero Emilio, mi tío, y otro hermano 2 años más joven, Carmelo, por sentimientos políticos contrarios al régimen, aunque no implicados, sino no hubieran podido salir de España, tomaron rumbo a Argentina. Mis padres, hermana y yo vivíamos en Barcelona y el transatlántico que les iba a llevar a Buenos Aires, partía del puesto de Barcelona. Estuvieron unos días en nuestra casa rematando detalles y como no podían llevar el dinero que pretendían para no partir allí de cero, en barras de jabón de afeitar que eran cilíndricas de unos 12 cms de largo y un diámetro de unos 8, las ahuecaron e introdujeron pesos argentinos conseguidos en el mercado negro. El peso argentino, de aquella boyante Argentina peronista, equivalía a 5 pesetas.
En unos veinte días el Cabo de Buena Esperanza, nombre del vapor, les condujo a ese ‘paraíso’ para ellos.
Como siempre me he desviado y de paso he contado otros temas familiares, el caso es que aquella largas epístolas, unido a que luego, cuando leí al maestro francés de finales del siglo XIX, Marcel Proust y su famosa ‘Recherche’, siete tomos en los que el enfermizo escritor, en ocasiones, llegaba a utilizar hasta 30 páginas para describir una habitación, ‘claro te terminabas sentando en uno de sus sillones y asomándote a sus ventanas corriendo las cortinas’, tal era su exposición.
Pues discípulo, sin aspiraciones a equipararme salí, me convertí en mis descripciones.


 
 
 
 
 
 
 



Volviendo al sendero que me planteo, el chisme (chisme, cuento, chafardeo, murmuración, chismorreo, enredo, comadreo, facundia, verborrea, labia, charlatanería, locuacidad, cacareo, cloqueo, palabrería… ¡basta, sino no tiene fin!).

Acortando caminos, otros matices se harán en su momento, actualmente, mi única, casi salida, por imperativos de movilidad, es a un bar a unos 100 metros de casa, Hnos Jiménez.
 
 
 
 
 
 
 









 
Bar modesto de barrio, desayunos en la mañana, aperitivos, al medio día, 3 mesas en las que puedes comer con un diseño de Esteban, el regidor del bar, cafés tras comidas y llega mi momento, alrededor de las 7 y media, bajo a tomar mis copillas, a charlar con los contertulios conocidos de ese horario, alternamos ver algún concurso de preguntas que oferta Antena3, en esa franja de horario de 7 a 9, y, como no, se habla del tiempo climatológico, tema insoslayable, da mucho de sí, de algún acontecimiento del día y luego, ‘inadvertidamente’ llega, ‘sabes que fulatinito…’, ‘no te has enterado de la que vive en 50 que ha…’, ‘mira ese que pasa por ahí, le he visto en…’, y miles de etcéteras.

En una palabra, ‘sin pretenderlo’, ‘cortando trajes a medida’, hablando a espaldas de, ¡CHISMORREANDO COÑO!

Y luego sale el ‘disfraz’ o ‘vaselina’ “y que conste que a mi no me importa la vida de nadie, pero es que esto…?

BLA, BLA, BLA, …

Cuando salgas por la puerta con el consabido ‘que descanséis y hasta mañana…’. Pues ya sabes cuando llegas a casa ya te ‘han hecho el pijama’. El mío es escueto, me lo inspiró Adán, antes de la hoja de parra.

(Continuará…)